Tertulia de Hispano-Parlantes

Informe anual 2003


a las 8 de la tarde en el jardín del 'Dietrich von Bern' El año 2003 era un año muy especial para la Tertulia de Hispanoparlantes. Celebramos el 10° aniversario de nuestra reunión: Durante diez años nos hemos reunido cada jueves, y han participado aproximadamente más de 700 personas díferentes. Se hicieron muchos amistades y mucha gente tienen buenos recuerdos de las fiestas y excursiones. ¡Deseamos que la Tertulia sigue así, muchos años más!

¡Qué verano teníamos! Sol, calor y poca lluvia. Nos hemos reunido cada jueves (con excepción del 25 de diciembre), y como el tiempo estaba tan agradable hemos logrado de reunirnos unas 15 veces en el jardín que tiene nuestro local, para disfrutar las noches tibias. Además hemos hecho muchas caminatas y excursiones en bicicleta, y hemos ido algunas veces a bañarnos en uno de los lagos cerca de Munich. ¡Qué verano inolvidable!
En total hemos hecho estas 34 actividades:


Hemos celebrado el 10° aniversario de la Tertulia con un Picnic al lago, una Parrillada (asado/barbacoa) y la Fiesta de Navidad tradicional.
a las 10 de la noche en el jardín del 'Dietrich von Bern'
Hemos hecho caminatas (fáciles) a la Ilkahöhe, a la capilla del Rey Luis II, a Andechs, a "Guatepeor" (Machtlfing), al lago Egglburger See, por el barranco de Maising para bañarnos en el lago de Maising, desde Oberammergau a Unterammergau y vuelta, al Taubenberg, y por las orillas del Ammersee,

y caminatas por las montañas (más difíciles) a las ruinas del castillo Hohenwaldeck, a través del cañon Höllentalklamm, cerca de Mittenwald y a la Seekaralm, al Wank y al Baumgartenschneid.

Hemos dado los paseos por el Jardín Zoológico, a Possenhofen para bañarnos en el lago de Starnberg, al Castillo de Dachau, al mercado Auer Dult y a la ciudad de Erding.

Hemos ido a la fiesta de cerveza en el Nockherberg y hemos hecho dos visitas a la famosa Oktoberfest el 28 de septiembre y el 5 de octubre.

Hemos hecho excursiones en bicicleta por la ribera del Isar y entre el Isar y el lago Starnberg, al lago Pilsensee, alrededor del Chiemsee y alrededor del Staffelsee y desde Holzkirchen al monasterio Reutberg.

Y hemos visitado la Pinacoteca de la Moderna y la exposición especial "Carl Spitzweg".

Además hemos fundado el Círculo de Canto.


Caminata por la nieve: Ilkahöhe

6 de enero
Un día lleno de sol... lo habían prometido los meteorólogos. Pero en Alemania los meteorólogos y los políticos tienen mucho en común: Te prometen todo...
En realidad era un día nublado, gris y frío, -4°C. Había nevado la noche anterior. No obstante, salimos de Munich con buen ánimo para ir en tren a Tutzing, un pueblo bonito junto al lago de Starnberg. encima de la Ilkahöhe * Desde allí subimos a la "Ilkahöhe", una montaña alta, rocosa y horriblemente empinada - ¡No!, !estoy bromeando! La Ilkahöhe (728 m) no es más que una colina suave, cubierta de hierba y - ahora en invierno - un poco de nieve. Su nombre "Alto de Ilka" lo recibió por la hija de un conde que tenía su castillo en Tutzing. Subimos a través de un barranco y un bosque, y después de tres cuartos de hora llegamos a la cima. Si hubiese hecho buen tiempo, habríamos tenido una buena vista. Porque la Ilkahöhe es famosa por el fantástico panorama sobre los Alpes. Como había niebla y nubes no vimos nada de las montañas, pero tuvimos una vista impresionante sobre el lago gris y los cerros al otro lado del lago cubiertos de bosques y prados nevados. Y naturalmente disfrutamos del aire fresco. Seguimos caminando a través de un bosque claro a la fonda "Forsthaus Ilkahöhe". Miramos la carta. No, no han aumentado los precios. Los precios son los mismos, sólo ha cambiado la moneda del marco alemán al euro. Así comimos rico... o mejor dicho: gastamos como si fuéramos ricos. Charlamos y nos calentamos cerca de la calefacción. Al atardecer bajamos por otro camino a Tutzing, todos contentos de esta corta y bonita caminata. Quizás volvamos un día, ¡Pero un día soleado! - para ver las montañas.
Recomendamos este camino a todos los que gusten de una caminata fácil. Pero quizás se encuentra otra fonda más barata.


"Paseo al museo": Pinakothek der Moderne

26 de enero
El mal tiempo no nos invitaba a pasear mucho. Por eso sólo caminamos - después de encontrarnos en Karlsplatz - hasta la parada de la tranvía N°27, que nos llevó a la Pinacoteca. La Pinacoteca de la Moderna se inauguró en octubre del año pasado y todavía la gente tiene mucho interés. Por eso había una cola larga delante de la entrada, y tuvimos que esperar y guardar fila un cuarto de hora. Empezamos la visita en la segunda planta, donde se exponen las obras del impresionismo y cubismo (de pintores como Nolde, Kirchner, Klee y otros), del surrealismo (de Magritte, Dalí, Ernst y otros) y naturalmente también algunas obras del artista más famosa del siglo pasado: el español Pablo Picasso. en el museo la 'rotonda' Por mencionar otro pintor hispanohablante: Había también un cuadro del colombiano Fernando Botero (¡No lo confundas con Santiago Botero, el ciclista!).
Seguimos la visita y los cuadros eran cada vez más abstractos, algunos sólo con unas pinceladas en el lienzo, otros - como los de Cy Twombly - parecían los dibujos en los cuadernos de los niños que se aburren en la escuela. Bueno, es el arte. Depende del gusto personal. Pero como se burlan los bávaros de este tipo de arte: "Kunst des Zeig ned boid amoi nausrama?" ("¿No puedas botar finalmente estas cosas?"; 'Kunst' significa en aleman 'arte', pero en bávaro también 'puedas' J). Había más salas, con instalaciones de piedras, madera, ropa colgada y basura, como las obras de Joseph Beuys. Al final visitamos las exposiciones del diseño (coches, muebles, ordenadores) y de la arquitectura (modelos), que también estan instaladas en el nuevo edificio de la Pinacoteca de la Moderna.
A las cinco salimos del museo. Buscamos un local, lo que no era tan fácil, porque ni en el 'Tresznjewski', ni en el 'Café Puck' había sitio, pero finalmente encontramos una mesa para los 10 personas que éramos en el local mejicano 'Sausalitos', donde pudimos pasar juntos una tarde muy alegre.
Más información en la página web de la Pinakothek der Moderne.


Exposición especial: "Carl Spitzweg"

3 de marzo
Carl Spitzweg es muy conocido por sus cuadros de hombres extravagantes, de los cuales el más famoso es "El Poeta Pobre"(1). Carl Spitzweg: 'Muchacha en las Montañas' Precisamente este cuadro no se muestra en la exposición, pero sí muchos del mismo estilo, como "El Cazador de Mariposas"(2), "El Aficionado a los Cactus"(3) y "El Amigo de Juventud"(4). Además se exponen muchos cuadros y dibujos que Spitzweg hizo durante sus viajes: Paisajes lindos o impresionantes, pero siempre llenos de personas como monjes, guardas forestales, cazadores, muchachas, campesinas o soldados. Estas personas tienen muy a menudo un aspecto irónico (por ejemplo, cuando un soldado en guardia hace punto para no aburrirse) y un poquito - pero sólo un poquito - tienen carácter caricaturesco. Aunque trató diferentes temas, en todas sus obras Spitzweg mostró su virtuosismo reflejando luces y sombras. Quiero resaltar las dos obras que más nos gustaron: "Llegada del Coche de Correos"(5) y "Muchacha en las Montañas"(6). Dos cuadros muy luminosos y detallados. No nos pudimos resistir a mirarlos -¡y admirarlos!- otra vez antes de salir de la exposición.
Después -¡claro!- fuimos a un café para discutir y charlar.
La exposición se puede visitar hasta el 18 de mayo 2003 en el Haus der Kunst. Lo recomendamos. Más información en la página web de la Haus der Kunst.
Los títulos en alemán: (1) "Der arme Poet", (2) "Der Schmetterlingsjäger", (3) "Der Kakteenliebhaber", (4) "Der Jugendfreund", (5) "Ankunft der Postkutsche", (6) "Mädchen im Gebirge (Sennerin)".

Caminata: A la capilla del Rey Luis II

23 de marzo
Al Rey Luis II de Baviera, todo el mundo le llama el "Rey Loco". la capilla Pero, ¿Por qué? Sólo hizo lo mismo que han hecho todos los reyes y lo mismo que hacen hoy en dia los politicos: aumentaba los impuestos y los gastaba en edificios y otras cosas que no se necesitan. Además, los edificios que se costruyen hoy en dia son feos, mientras que, por el contrario, los castillos que hizo costruir Luis II son preciosos. Si aún no los has visto, te recomiendo visitarlos: 'Linderhof', 'Herrenchiemsee' y -naturalmente- 'Neuschwanstein'. El Rey Luis II murió el 13 de junio del año 1886, ahogado junto con su psiquiatra en el lago de Starnberg cerca del Castillo de Berg, en misteriosas circunstancias. Hasta hoy nadíe sabe exactamente qué pasó. En 1900, se hizo costruir una capilla en la orilla cerca del lugar donde el rey se ahogó.
Así pues emprendimos la caminata con destino a dicha capilla. Fuímos en tren hasta Starnberg y caminamos a lo largo de las orillas del lago hacía el sur. El sol brillaba y las colinas nos protejían del viento fresco que venía del este, así el clima estaba muy rico para caminar. En todas partes estaban brotando ya florecitas azules, blancas y amarillas, los arboles aún no tenían hojas y por eso pudímos disfrutar del sol también en medio de los bosques. Llegamos a la capilla que desgraciadamente estaba cerrada, así no pudímos verla por dentro. Disfrutamos de la vista sobre el lago, los bosques y los pueblos pequeños a la otra orilla. Volvimos a Berg, donde hicimos una pausa en un restaurante cuya terraza daba directamente al lago y tomamos el sol y unas cervezas blancas. En el camino de regreso vimos una puesta de sol maravillosa.


Vamos al Nockherberg

25 de marzo
El 'Nockherberg' es una institución de Munich. Nos referimos a este local donde se celebra la 'quinta estación'. La 'quinta estación' son los 40 dias de ayuno antes de la Semana Santa. Para esta estación se produce una cerveza muy fuerte. Un poquito extraño para el tiempo de ayuno, ¿no? El origen de esta costumbre se remonta a la Edad Media:
¡hossa! El Papa en Roma clasificaba todo los alimentos, si están permitidos o si están prohibidos durante el ayuno. Los Bávaros -ese pueblo orgulloso al sur de Alemania-, que durante esa época tenían pocas cosas que comer, como todos los pueblos del norte (al contrario que los del Mar Mediterráneo, donde crecen casi todas las frutas), no querían dejar de tomar cerveza y preguntaron al Papa, si estaba permitido tomar cerveza bávara. Como el Papa no la conocía, le enviaron un barril. Como se puede imaginar, este viaje a caballo a través de los Alpes duró unas semanas. Cuando llegó el barril a Roma, la cerveza ya estaba pasada. El pobre cocinero del Papa tuvo que probarla y le supo muy amarga. Por eso el Papa permitió a los Bávaros que tomen la cerveza: una bebida que sabe tan mal no puede romper el ayuno. Bueno, en los siglos siguientes la cerveza en general llegó a ser más ligera, con menos alcohol, pero para la 'quinta estación' se produce también hoy en dia la cerveza muy fuerte: ¡Es una tradición!
Otra tradición que se mantiene desde hace años en este local es el 'Derblecka' de los politicos ('Derblecka' es una palabra bávara que signífica 'bromearse' o 'reírse'). El punto culminate del 'Derblecka' es una obra de teatro: los actores en los papeles de diferentes politicos (como 'dobles') cantan canciones bién conocidas o muy de moda, pero con textos muy chistosos y satiricos. Con el 'Derblecka' se inicia normalmente cada año la 'quinta estación', pero este año lo han suspendido por la guerra en Irak. Aparte del 'Derblecka' la fiesta se parece mucho a la 'Oktoberfest': hay mesas largas, se toma mucha cerveza y la orquesta toca todos los éxitos musicales de los 30 años pasados.
Bueno, allá fuimos. Pero no nos emborrachamos. Nos subimos encima de las mesas para bailar. Pero no nos emborrachamos. Cantamos y gritamos juntos con la orquesta. Pero no nos emborrachamos, ¡no!
¡Créeme! Hicks...


Excursión en bicicleta: Por la ribera del Isar al Aujäger

30 de marzo
¿Dónde estaban las chicas? ¿Tenían jaqueca? Así nosotros, los seis caballeros, montamos sin Dulcineas en nuestros "burros de alambre" ("Drahtesel" es un apodo chistoso alemán para la bicicleta) y fuimos en busca de aventuras. Bueno, al principio nuestra excursión no era tan aventurera, solamente tuvimos que superar la subida a la orilla alta del Isar. Después seguimos por caminos bién conocidos hacía el sur, a través de los bosques. Los árboles todavía no tenían follaje, lo que permitía al sol llegar al suelo para dar luz a las florecitas pequeñas azules y blancas. Algunas veces tuvimos maravillosas vistas sobre los meandros del rio Isar, con su agua gris-verde. Después de algunos kilómetros bajamos velozmente por las carreteras empinadas hasta la orilla, seguimos el rio unos kilómetros más, lo cruzamos por un puente y por fín llegamos a Schäftlarn, un monasterio muy conocido. Allá queriamos almorzar, pero desgraciadamente el local estaba cerrado por obras de renovación. Continuábamos seguir el rio, cuando se oscureció el cielo y empezó a lloviznar. Bueno, unas gotas no matan a caballeros valerosos y por eso seguimos avanzando en nuestros caballos fieles de alambre. Pero ya después de unos 500 metros más nos cayó un aguacero encima - ¿Qué digo? ¿Aguacero? - ¡Un océano! nos cayó encima. Nos apresuramos. Ya totalmente mojados encontramos una cabaña y nos refugiamos dentro.
antes del aguacero durante del aguacero ** después del aguacero
Pasamos media hora charlando y haciendo bromas, hasta que se terminó la lluvia. Volvimos a seguir la ribera del Isar y entramos a la Pupplinger Au, un paisaje muy interesante por sus plantas. Crecen árboles como pinos y sauces, pero no tan densamente como en un bosque, sino aislado, dejando mucho espacio para praderas de hierbas raras. Llegamos al 'Aujäger', un local bueno. Nos sentamos en la cervecería al aire libre, comimos rico y nos dejamos secar por el sol fuerte, que porfín acabó de salir de entre las nubes. Así resforzados, emprendimos los últimos kilómetros hasta Wolfratshausen, donde Bert nos invitó a un cafecito. ¡Gracias, Bert!


Caminata: Andechs

13 de abril
Muy espontáneamente nos citamos: El domingo a las 11 llamamos a los "sospechosos habituales" ("übliche Verdächtige"): a los que les gusta caminar. Claro que la mayoría de la gente ya tenía otros planes, pero cinco de nosotros nos encontramos a las dos de la tarde en la Estación Central. casi llegado a Andechs Tomamos un tren hacía la Heimeranplatz, pero ya apenas después de dos estaciones tuvimos que cambiar a un tren hacía la Heimeranplatz, en Pasing cambiamos a un tren hacía Herrsching, pero no fue a Herrsching, sino que se paró en la Heimeranplatz y tuvimos que esperar a un tren hacía la Heimeranplatz ... ¡No!, ¡os estoy tomando el pelo! Es verdad, que - por las obras en la red de los trenes suburbanos - había un poquito de caos. Por eso tardamos dos horas en llegar a Herrsching ... ¡Normalmente se necesitan unos 40 minutos! Pero valió la pena: Atravesamos el bonito pueblo y subimos a través de bosques claros y soleados a la cadena de colinas que conduce hacía el sur. Llegamos al "Märchenwiese" ("prado de cuentos de hada"), desde donde se tiene una vista bonita sobre la iglesia del monasterio de Andechs. Desde allí la meta de nuestra caminata parecía estar muy cerca, pero tuvimos que caminar un buen tramo más, porque hay un barranco hondo que exige un desvío, y además al final hay que subir a la "Montaña Sagrada" (que es el apodo de Andechs), lo que exige algunos esfuerzos y un poquito de sudor. Pero no hay que quejarse, porque, cuando se tiene sed, la cerveza sabe aún más rico, ¿Verdad? Los monjes de Andechs son cerveceros excelentes y, además, saben producir un queso oloroso y rico (¡Pruébalo!). Nos sentamos en la cervecera, dejamos resfrecar por el viento y por una "Maß" (una jarra típica bávara de un litro de cerveza) y disfrutamos del panorama sobre los cerros, bosques y campos. Cuando el sol se escondió detrás de las antiguas murallas del monasterio, nos marchamos. Bajamos por otro camino, a través del Kientalschlucht, un barranco romántico. En Herrsching cenamos en la terraza del restaurante "Seehof", directamente junto al lago Ammersee. Se come rico allá, recomendamos pescado de la región y especialidades bávaras.

Caminata desde Guatemala a Guatepeor

21 de abril
Nuestras caminatas no son paséos cómodos. Amamos el desafío y buscamos la aventura. Por eso habíamos pedido a San Pedro que nos entregue el Diluvio. Y lo entregó puntualmente ...
Bueno, quien conoce mis reportajes ya sabe que estoy bromeando otra vez. La verdad es, que empezamos nuestra caminata en pleno sol, con temperaturas de alrededor de 20 grados. Y estábamos convencidos que el tiempo se quedaría así durante toda la tarde. Nuestra meta era - otra vez - Andechs, porque algunos contertulios estaban tristes de no haber podido participar el fin de semana anterior. Para que no se aburran los, que fueron hace una semana, habíamos elegido otro camino y comenzamos nuestra caminata en Possenhofen, un pueblo pequeño cerca del lago de Starnberg (Es decir que en este pueblo nació la famosa y bonita emperatriz de Austria, Sissi). Este camino es más largo que el desde Herrsching a Andechs, pero transcurre a través de un paisaje muy lindo, que ya estaba habitado en la Edad del Bronce y también hace dos milenios por los Romanos. con buen animo ** Bajo del sol avanzamos rápidamente, pero ya después de unos kilómetros se acercó una pequeña nube gris y empezó a lloviznar. Como se terminó en poco tiempo y la mayor parte del cielo estaba todavía azul, seguimos con buen animo caminando y no tuvimos en cuenta a este presagio. Desde las colinas se podia ver el panorama de las montañas lejanas, cubiertas de nieve. Pasamos por corrales de caballos y pastos de vacas, y entramos en un bosque denso.
De repente se oscureció el cielo, relámpagos illuminaron los árboles y un aguacero nos cayó encima. Al principio continuamos caminando, pero cuando empezó a granizar, nos refugiamos bajo una cubierta de plástico, que protegía un montón de madera. El aguacero no tenía mucha intención de terminar, así tuvimos que perseverar unos cuarenta minutos debajo de esta cubierta. Ya bien mojados, continuamos caminando por caminos inundados. Llegamos a una carretera aislada y doblamos hacía el sur. Los truenos anunciaban la próxima tormenta. con mal tiempo ** Y nosotros fuimos "desde Guatemala a Guatepeor" (En Alemania se dice: "Vom Regen in die Traufe" - desde la lluvia al canalón, parece que los alemanes conocen bien el clima de su país, ¿no?). Un viento fuerte y frío nos lanzaba la lluvia en la cara. Y cuando llegamos a Machtlfing, el próximo pueblo, un rayo eléctrico cayó en el campanario. Entramos en el pueblo, entramos en el restaurante y decidimos de terminar aquí nuestra caminata: a Machtlfing y no a Andechs. Cenamos - el plato preferido fue una sopa caliente - y nos calentamos cerca de la calefacción. Aunque estabamos calados de arriba a abajo, nuestro humor se había quedado seco, y por eso la sala del restaurante temblaba del riso. Por suerte nos habíamos citado con unos amigos a Andechs, que fueron en coche directamente allá. Les llamamos por móvil. Vienieron a cenar con nosotros, y después de la cena nos llevaron en coche a la próxima estación de tren, aunque tuvieron ir tres veces, ¡éramos 13 personas! ¡Gracias, Ronald y Teresa, sois buenos amigos!
Epílogo:
Cuántas veces durante los años pasados tuvimos que aplazar excursiones y fiestas por el tiempo imprevisible de Alemania. Cuántas veces nos sorprendió un aguacero en el camino. Pero nunca, nunca tuvimos que sufrir tanto como en este día. Era una "tortura de hispanoparlantes". Pero aprendimos dos cosas: 1) el humor es el parte más impermeable del ser humano y 2) tiene razón el dicho "Abril, aguas mil". Rogamos a San Pedro: "¡Nunca más un tiempo semejante, por favor! ¡Sol, por favor, soooooooool!"


Vamos al Jardín Zoológico

4 de mayo
Algunos de nuestros amigos ya tienen niños y encuentran difícil participar en las reuniones. Por eso fuimos al Jardín Zoológico con la esperanza de que a los niños les encantarían los animales y que les dejarían a sus padres hablar en paz con amigos, a los que no han visto desde hacía meses. Éramos siete niños y diecisiete personas que se sentían como niños (pero que se llaman 'adultos'), en total 24 personas, que se comportaban como niños ... ¡una broma!
Queríamos visitar al Zoo juntos, pero como cada niño quería ver su animal preferido y cada adulto quería comerse su helado preferido, lo que tenía que pasar, pasó: Nos perdimos de vista y descubrimos los secretos del Zoo en tres grupos separados. Dos de dichos grupos se reunieron tres horas más tarde en los columpios del 'Kinderzoo', cuando el tercer grupo llamó por móvil para anunciar que ya se habían ido a la cervecera. Allá nos encontramos de nuevo para cenar. Después de este día soleado (¡Gracias a San Pedro!) nos refrescó mucho una cerveza rubia.
Pero, ¿por qué escribo tanto? Como dice el refrán: 'Un imagen vale más que mil palabras'. Bueno, siguen 10.000 palabras ...
Jardín Zoológico


Caminata al Egglburger See

18 de mayo
Había llovido por la mañana. Por eso - y quizás por el recuerdo de nuestra caminata húmeda a "Guatepeor" - muchos amigos no vinieron, aunque habían estado entusiasmados el jueves anterior, cuando nos habíamos citado para esta caminata.
el lago de Egglburg Así éramos sólo tres, pero alegres como tres docenas. ¡Pasamos un paisaje más lindo!: prados llenos de flores, bosques verdes, lagos artificiales de pesca y colinas suaves. Los pajaros cantaban, entre ellos un cucú. Llegamos al lago de Egglburg, que es una reserva natural. Las ranas croaban, los grillos cantaban y el viento suonaba en los árboles, que circundan el lago. Vimos un buharro (un ave de presa, alem.: Bussard) que giraba por encima de los bosques, y en los claros vimos algunas corzos (un tipo der ciervo, alem.: Reh). Disfrutamos de la tranquilidad, significa: los sonidos suaves de la natura, sin el ruido de coches o aviones. Disfrutamos también del aire fresco y del viento templado. Y por supuesto disfrutamos del fantástico panorama sobre el lago, los prados y bosques, los pueblos y capillas, hasta la cordilliera de los Alpes. Bajamos a un valle donde crecían claveles y orquídeas, y muchas flores más. Llegamos a un pueblo pequeño, solamente unas casas y una fonda. Allá cenamos debajo de un castaño en el sol suave que se ponía lentamente en el horizonte.


Excursión en bicicleta: Entre el Isar y el lago de Starnberg

31 de mayo
Una vez más nuestra 'Vuelta' empezó a Wolfratshausen. Pero esta vez salimos de este pueblo bonito en dirección oeste. Justo al empezar tuvimos que subir la cuesta del valle del río Loisach. ¡Hombre, qué subida tan dura!, exige todos los esfuerzos de los ciclistas. el señal dice: 'conducir despacio por favor' Una vez arriba, necesitamos una pausa. Vimos un señal que decía: 'Conducir despacio, por favor'. Pensando en la velocidad con la que subimos, nos reimos. Y la risa nos dío las fuerzas para seguir. Atravesamos un campo de golf - ¡Cuidado con las bolas! - y pasamos por pueblos típicos bávaros, por bosques y por campos de trigo. De repente nos cayó encima un chaparrón corto - una ducha, nada más. Bajamos velozmente a Aufkirchen, dondé nació Oskar Maria Graf, un famoso escritor bávaro. En Berg encontramos las orillas del lago de Starnberg. Vimos nubes típicas de tormentas, por eso no nos demoramos más. Seguimos las orillas hacía el norte, doblamos al este y subimos al punto más alto de toda la región: una montaña pequeña, en cuya cima se encuentra la iglesia del pueblo Hohenschäftlarn. Después de una pausa bonita en el jardín de un local empezó la bajada tremenda desde la altura de Hohenschäftlarn hasta el valle del río Isar. Se puede llegar fácilmente a velocidades de unos 50 km/h, pero se necesitan también buenos frenos - la carretera baja por unas serpentinas estrechas. Es un poquito peligroso, menos por la velocidad que por los Porsche y Mercedes que quieren adelantarte. Seguimos la orilla del Isar, doblamos hacía el río Loisach y llegamos justo en este momente a Wolfratshausen cuando unos truenos fuertes anunciaban tormenta.


Picnic al lago Fasaneriesee

7 de junio
la conversación la comida el sol
la sombra el agua sol y sombra
la tranquilidad la guitarra la tarde

¿Confias tú en los prognósticos de los meteorólogos? Yo no. ¡No más! Habían prognosticado: "A partir de mediodía fuertes tormentas con granizo y fuertes vientos". La realidad: A partir de mediodía las nubes desaparecieron completamente, fue una tarde suave y soleada.
A la sombra de unos árboles hicimos nuestro picnic, una fiesta especial para celebrar el 10° aniversario de la 'Tertulia'. Vinieron unos 40 de nuestros amigos - pocos, normalmente suelen participar hasta 80 personas en nuestras fiestas al aire libre. Quizás hubieran venido más amigos, cuando hubiéramos tenido mejores prognósticos. ¡Meteorólogos!
Algunos de nosotros tomaron el sol, algunos se bañaron en el lago, otros durmieron en la sombra. Y como era un picnic, comimos las delicadezas que nos habíamos llevado, tomamos vino y cerveza y - por el calor - mucha agua. Los niños jugaron en el césped, Alex tocó la guitarra, algunos dieron un paseo alrededor del lago. Nos quedamos allí en las orillas hasta las 10 de la noche, nos fuímos cuando empezó a oscurecer.
Todo, pero absolutamente todos, estaban encantados por este lugar en el lago Fasanieriesee, por eso estamos pensando de hacer allá tambien nuestra parrillada.


Caminata por las montañas: A las ruinas del castillo Hohenwaldeck

9 de junio
En la mañana me despertó un aguacero, y los prognosticos del tiempo anunciaban más lluvias. ¡Pah, eso no nos amenaza! Además, ¿quién cree en los meteorólogos?
Fuimos al pueblo Schliersee que está situado a orillas del lago del mismo nombre, y bajamos a las orillas. El agua reflejaba los rayos del sol, que salían de las nubes, que se deshacían rápidamente. Las flores de todos los colores y los verdes castaños, el lago con los barcos blancos, y los bosques negros, era una imagen veraniega. Casi no cabemos en la foto de grupo: ¡éramos 16!
al lago Schliersee la subida
Subimos por caminos empinados por bosques y pastos de vaca, de los que teníamos muchas vistas bonitas por abajo al lago. Entramos en un bosque denso. El camino estaba embarrado por las lluvias de la noche pasada, y por eso muy liso. Llegó a ser muy estrecho. El abismo a la derecha del camino estaba un poquito emocionante, pero caminando despacio y con prudencia superamos este trayecto. Llegamos a las ruinas del castillo, que están bien escondidas en el bosque. No se ve mucho, unas murallas y fundamentos y ya. Bueno, el castillo Hohenwaldeck ha estado deshabitado desde el siglo 15. Imaginate que pasaras tú al aire libre día y noche en el clima de Alemania para unos 500 años, estuvieras también en ruinas, ¿no?
en la cima, vista por abajo en la cima
Nos subimos encima de una roca, desde allá se tiene un panorama maravilloso: El lago abajo, en cuyas aguas tranquilas se reflejaba el cielo como en un espejo de plata, en cuyas orillas se encuentran pueblos pequeños con tejados rojos, y pastos verdes de vacas lilas, y lo todo circondado por montañas bosqueadas, detras de ellas al sur montañas altas y rocosas, que estaban coronado por nubes gigantes grises y blancas. Hicimos una pausa extensa, menos para descansar, más para disfrutar la bella vista. Descubrimos más detalles: la isla en la mitad del lago, circondado por una zona de agua menos profondo, que tenía un color de verde claro como un malaquita. O una balsa, en la que remaban unos hombres. O gente tomando el sol o bañándose - parecían hormigas desde allí arriba, y los coches parecían juguetes. Las sombras de las nubes se deslizaban por los bosques.
Por una senda estrecha, empinada y lisa bajamos al pueblo Fischhausen, que está situado al sur del lago. Seguimos las orillas del oeste, pasamos unos oportunidades de bañarnos, era un camino cómodo y fácil. Sólo tuvimos que superar esta colina que se llama 'Freudenberg' - 'montaña de alegría' - quizas llamada así porqué los caminantes están alegres por la esperanza de llegar a una fonda, ¡donde sirven una cervecita fría! Sea así o no, nosotros estábamos contentos de llegar a un restaurante con terraza junto al lago. ¡Oh, qué final bonito de un día maravilloso!


¡Vamos a bañarnos en el lago!
Paseo desde Tutzing a Possenhofen

15 de junio
Habíamos planeado una caminata a través del Barranco de Maising hasta Possenhofen, donde queriamos bañarnos en el lago de Starnberg. Pero cuando nos encontramos en Munich, en el oeste había nubes gigantes y grises, por eso cambiamos los planes y fuimos a Tutzing para dar un paseo a lo largo de la orilla del lago de Starnberg hasta Possenhofen, este camino ofrece más oportunidades de refugiarse en un local o en una estación de tren, si empieza a llover. Pero estas medidas de seguridad no fueron necesarias: Las nubes se deshicieron y el sol brillaba de un ciel azul. En el lago flotaban veleros con velas blancas, en el sur se alzaban las montañas: un panorama estupendo. Caminamos a la sombra de los árboles, lo que era muy agradable por el sol fuerte. En todas partes había gente que se bañaba, que tomaba el sol ... o una cervecita fresca. Pasamos el palacio de Possenhofen, donde pasó su infancia Sissi, la bella y trágica emperatriz de Austria, y por fin llegamos a nuestra meta. Y, ¿qué hicimos? Tomamos una cervecita (o una coca colita...), tomamos el sol y nos bañamos en las aguas templadas del lago, ¡qué gozada!
en Tutzing en Possenhofen, preparamos para bañarnos


Excursión en bicicleta: Al lago Pilsensee

22 de junio
El sol brilló en un ciel azul. Y - ¡qué milagro! - los prognosticos del tiempo fueron correctos.
El jueves se habían apuntado unos 12 amigos, pero por causas como enfermedad, visita espontanea de parientes, 'tengo que trabajar' etc., fuimos sólo cinco que nos encontramos en Pasing, ésta ciudad orgullosa que todavía no se ha acostumbrado a ser solamente un barrio de Munich.
Salimos de Pasing hacía el sur, siguiendo la ribera del río Würm. En Gräfelfing cruzamos el sendero de peregrinaje que guia a la capilla 'Maria Eich' ('Maria de los robles'), un famoso destino de peregrinaje. Por un bosque muy bonito avanzamos rápidamente, cuando Thomas sufrió un daño en su neumático de atrás que no pudimos arreglar. Él tuve que dejar la excursión, accompañado por su mejor amigo se fue a la próxima estación de tren.
5 y un daño al neumatico 2 ciclistas y el fotógrafo
Quedamos sólo tres ciclistas, seguimos atravesando el bosque inmenso por senderos interminables. Llegamos a la 'Römerstraße' ('carretera de los romanos') que ya - como el nombre indica - existía en tiempos de los romanos, ¡hace unos 2000 años! Ahora las carreteras pasaban por campos inmensos de trigo y por pueblos pequeños, sin la menor sombra, y el sol calentaba fortísimo. Tuvimos que parar varias veces para tomar un trago de agua de nuestras botellas. Fuimos por una carretera general con mucho tráfico, poco agradable, pero así cortamos unos kilómetros. En el próximo pueblo doblamos hacía una carretera aislada sin asfalto que nos guió a través de un paisaje más lindo: bosques negros, colinas suaves, campos de maíz cuyas hojas reflejaban la luz del sol, campos de cebada cuyas espigas ya se teñían de oro. Bajamos por un valle ancho desde donde se podía ver ya de lejos el pueblo Unering con su bonita iglesia. En un campo vimos un ave de presa gigante, más grande como un buharro, no sabemos que era, aguilas no existen en este región. Bajamos la cuesta hasta el próximo valle a gran velocidad. Aunque tuvimos que frenar muchas veces por los bobos que conducían mál sus cabriolés y coches deportivos llegamos fácilmente a unos 45 km/h, y el viento nos refrescó. Llegamos al castillo de Seefeld, que está situado en una roca sobre de la orilla del Pilsensee. Perteneció a los condes de Seefeld, que estaban una dinastía muy poderosa en Baviera hasta que murió el ultimo heredero en el año 1350 y el castillo pasó a manos los condes de Toerring, a quienes pertenece hasta hoy en día.
el castillo el Pilsensee
El castillo es bien protegido: Un puente pasa por encima de un cañón bien profundo, al otro lado hay un portón que está adornado por los escudos de los Seefeld y de los Toerring. Se entra en un patio ancho que había sido el cuartel de los caballeros - en los establos de los caballos hoy en día se encuentran tiendas de antigüedades. Y - para sorpresa de todos los atacantes - hay otro puente sobre un foso igualmente profondo para llegar por otra puerta a la parte del castillo, ¡donde vivían los condes! Como ya mencionado antes, el castillo de Seefeld pertenece hoy en día todavía a la familia de Toerring, que ahora producen una cerveza excelente, ¡pruébala!
Nosotros, nos sentamos en la terraza del restaurante en el patio del castillo. Comimos rico y - ¡naturalmente! - tomamos la cerveza de la cervecería 'Toerring'. ¡Qué alivio! Así reforzados, montamos otra vez en nuestras bicicletas y bajamos a las orillas del Pilsensee, en cuyas verdes aguas nos bañamos. ¡Ay, qué emoción!, dejarse flotar en este agua fresca después de 40 kilometros en bici bajo un sol de justicia.


¡Vamos a bañarnos en el lago!
Caminata por el Barranco de Maising

29 de junio
en el valle Salimos en Starnberg y caminando unos 10 minutos, encontramos el camino que lleva directamente al Barranco de Maising. Al principio paseamos por un valle ancho con prados soleados y bosques verdes, seguimos un arroyo que murmuraba alegremente. El sol calentaba fuertemente, por eso estábamos muy contentos de llegar a la entrada del barranco, que ofrece mucha sombra.
El barranco te quita la respiración: Las paredes de piedra se alzan hasta el cielo, hay rocas gigantes y perfiladas, y en la parte más estrecha que te da claustrofobía viven serpientes de cascabel (alem.: Klapperschlangen). ¡No, estoy bromeando! El barranco de Maising no tiene más de 40 metros de profondidad, y en el fondo y en las paredes crece un bosque claro, y solamente de vez en cuando se puede ver una roca con cuevas y cuevitas. ¿Y serpientes de cascabel? Gracias a Dios no existen estas serpientes en Alemania. El único peligro allá en el barranco eran los tábanos (alem.: Bremsen), un tipo de moscas que te pican para chupar tu sangre. en el barranco ¡Qué bonito barranco, qué bonito bosque! Luz y sombra se alternaban, los rayos de sol se filtraban a través de las hojas y el arroyo centellaba. Y, ¡qué encanto! Había libélulas que flotaban lentamente sobre las aguas, y cada vez que les daba un rayo del sol, lo reflejaban de un azul tan profundo, tan bello. Este animal parecía un criatura salida de los cuentos de hadas. Y, ¡eso NO es una broma!
Seguimos caminando por el barranco, hasta que se terminó al borde de un pueblo pequeño. Pasamos por las casas y haciendas típicas bávaras y salimos del pueblo a un valle ancho. A través de cañaverales extensos avanzamos rápidamente y llegamos al lago de Maising. En la fonda compramos algo de comer y de beber, y nos sentamos encima de un dique a la sombra de unos árboles grandes. Después nos fuimos a bañar... bueno, yo me bañé, a los demás les dio asco el aspecto del agua marrón del lago, pero como es un lago en la mitad de un pantano, tiene ese color, es todo normal, no está sucio. acercando el lago Nadando admiré los nenufares que florecían en masas en el lago, y disfruté del panorama: los cañaverales que circundan el lago, los árboles nobles encima del dique, los bosques oscuros, y todo bajo un ciel azul, con sólo pocos nubes blancos. La única razón para mi para salir del agua era que los amigos me esperaban.
Continuamos la caminata por prados y bosques, y por fin, después de otros 5 kilometros, que parecían 10 o más, llegamos a las orillas del lago de Starnberg. Y allá nos bañamos todos. Pues, ¿quién puede resistirse a las aguas claras del lago de Starnberg?


Caminata por las montañas: Höllentalklamm

13 de julio
¡Qué impresión! Las paredes rocosas se alzan hasta el cielo, las aguas del arroyo caen por abajo y suenan tan alto que casi no puedes oir tu propia voz. El camino es estrecho y liso y desaparece en cuevas oscuras para aparecer otra vez unos veinte metros más arriba. Puentes que tambalean nos llevan de una pared a la otra, abajo sólo un abismo que nos da vertigo...
¿ves? ¡hay gente en el foto! ¡Huiii! ¿Qué pasó con la Tertulia? Como algunos contertulios se burlaban de que el Barranco de Maising se llama 'barranco', eligí para nuestra caminata esta vez un barranco verdadero: el cañón 'Höllentalklamm' ('cañón del valle del infierno'). Fuimos en tren a Garmisch, en otro trencito al pueblo Hammersbach y seguimos el arroyo que sale allí de las montañas. Por un camino empinado - más empinado que había pensado antes - subimos a un valle verde. Caminando una hora, llegamos a la entrada del cañón. Allá hay que pagar 'entrada', con el dinero se arreglan los desperfectos de los caminos, que ocurren cada invierno por el hielo y las avalanchas.
Entramos en otro mundo. El aire estaba frío y humedo. Caminamos por una senda estrecha, tuvimos que cruzar el arroyo algunas veces por puentes y usar tuneles. Ni una planta crecía, y raras veces un rayo del sol lograba legar hasta el suelo del cañón tan angosto. Por unas cataratas el agua clara bajaba saltando, causando un fuerte rugido. Por las paredes caían gotas de agua muy fría. Una escalera empinada, esculpida en las rocas, nos llevó hacía arriba, y salimos del cañón en un valle estrecho. Avanzamos subiendo por serpentinas empinadas. Tuvimos varias vistas maravillosas al cumbre del Alpspitze y al arroyo reluciendo abajo. Llegamos a la parte superior del valle y cruzamos el arroyo totalmente secado seco que había aquí. A los dos lados del sendero florecían campanillas y 'Rosas de los Alpes', un tipo de mirto, y muchas flores más. Mariposas de diferentes especies revoloteaban alegramente.
la cumbre del Alpspitze Y, ¡qué panorama! El valle está bordeado por montañas altas y escarpadas: El cueto bosqueado hacía el Alpspitze a la izquierda, el cerrajón de los Riffelköpfe con el campo de rocalla a la derecha, y en el fondo - al sur - las dos montañas Riffelspitzen y los glacieres en la ladera del Zugspitze, la montaña más alta de Alemania. No pudimos ver la cumbre del Zugspitze, una nube lo escondía y no se deshizó por todo el día. Llegamos a la fonda 'Höllentalangerhütte' (muy largas, las palabras alemanas, ¿no?), donde almorzamos. Después disfrutamos un rato del panorama estupendo, pero no nos demoramos, porque el último trencito desde Hammersbach ya sale a las 17:35. Regresamos por el mismo camino, pero todo se veía diferente: Como el sol se había avanzado, había diferentes luces, diferentes sombras, diferentes colores. En la mañana había una luz más suave, ahora por la tarde había contrastes fuertes entre los rayos del sol y la oscuridad de la sombra. Pero era igualmente impresionante.
Avanzamos rápido y llegamos a Hammersbach muy a tiempo. Esperando al tren, tomamos el sol caliente y disfrutamos del panorama de las montañas que circundan el valle de Garmisch. En Garmisch cenamos en un restaurante vietnamés. Cuando se puso el sol, regresamos en tren, que atravesaba un paisaje tan bello y tan veraniego, que casi queríamos salir en seguida para hacer otra caminata ... ¡sólo nuestros pies cansados protestaban!


Excursión en bicicleta: Alrededor del Chiemsee

20 de julio
Un verano verdadero. Si, este año tenemos un verano, que merece este nombre. Hace muchos años llovía demasiado en verano, pero este año: ¡Qué sol! ¡Qué calor! ¡Qué verano! Por eso lo aprovechamos y hacemos casí cada semana otra excursión. Y este domingo llevamos a cabo un plan que ya teniamos hace un año: circundar el lago Chiemsee, el lago más grande de Baviera. En tren fuimos a Prien. ¡Qué rápido llegamos! Por la carretera general con mucho tráfico salimos del pueblo hacía el sur, pero fue una de las pocas veces que tuvimos que usar una carretera, por la mayor parte del camino alrededor del lago se puede ir por senderos para bicicletas. Doblamos hacía las orillas, pero nos despistamos y llegamos a un terreno de un camping. Después de haberlo visitado involuntariamente, encontramos la bifurcación correcta. No fue el único despiste de este día, aunque el camino está en pricipio bien señalizado. De repente una vista maravillosa: Los cañaverales, unos barcos a la orilla, el lago que parecía de plata, unas cabañas a la otra orilla y a los lejos la cadena de las montañas azules.
en la mañana en el oeste del lago en el sur del lago
Al sur del lago tuvimos que ir a lo largo de la autopista que desgraciadamente está costruida directamente en las orillas. El ruido de los coches no nos gustó , por eso avanzamos rápidamente - algunos amigos se quejaron después de la alta velocidad. Donde entra el río Tiroler Ache en el lago, el camino deja la autopista y dobla al sur. Ahora fuimos más relajados, más despacio, por prados y bosques, por sol y sombra. Llegamos a Chieming, un pueblo pequeño al este del lago. Allí había mucha gente bañándose en el lago, parecía a una playa al mar mediterraneo. Unos pocos kilómetros más al norte encontramos un local con una terraza a la sombra cerca del lago. Comimos ricos, aunque tengo que confesar que las porciones eran más pequeños que los precios. Después algunos de nosotros nos bañamos en el agua templada del Chiemsee. ¡Qué impresión! Nadando veíamos el espejo del lago, las orillas verdes, las montañas azules y un cielo sin nubes.
a mediodía cerca del pueblo Chieming ¡bañémonos!
Seguimos la excursión por caminos comodos, atravesando bosques y playas llenas de gente y llenas de sombrillas de todos los colores. Tuvimos que hacer un trayecto corto en la carretera general y llegamos a Seebruck, el pueblo más al norte, donde sale el río Alz del lago. Cruzamos el río por el puente y subimos a una de las pocas colinas que hay que superar. Ahora a todos les entraron las ganas de bañarse. Encontramos un lugar tranquilo, escondido en las cañaverales, y nos lanzamos en el refrescante líquido elemento. ¿Refrescante? ¡Carramba, no! El agua estaba tan caliente, que casí no refrescaba. Pero no obstante era una experiencia bonita, nadando en el lago con sus olas suaves, mirando la cadena de las montañas azules, entre ellas el Hochfelln y el Kampenwand, los dos montes a los que subimos en el año 2000. en el norte del lago Después del baño seguimos andando por bosques bonitos que nos daban una agradable sombra -como había seguramente más de 30°C-, siempre en las orillas del lago, hasta el pueblo Schalchen, donde hay que dejar la orilla y seguir la carretera general por unos kilómetros. Suavemente - casí no se nota - la carretera sube, y cuando finalmente se puede ver el lago de nuevo, ¡qué panorama! Desde una colina alta teníamos una vista maravillosa sobre la isla Frauenchiemsee con su bonita iglesia, y los barcos que cortaban las aguas, y todo circundado por las montañas lejanas. Hicimos una pausa para disfrutar el panorama. Llegamos a Gstad, un pueblo bonito, pero no nos demoramos. Pero cuando encontramos una bahía con agua clara, no pudimos resistir: Nos bañamos otra vez, y esta vez nos refrescó el agua, que por los nacimientos cercanos estaba más fresca. De repente vimos una serpiente nadando, pero - ¡qué no tengáis miedo! - era una 'Ringelnatter', una culebra inofensivo.
Refrescados seguimos la vuelta por cañaverales, con velocidades de hasta 30 km/h, y llegamos al pueblo Prien, donde habíamos empezados la excursión. En la terraza de un restaurante, sobre el río Prien, comimos rico y lo pasamos bien.


Parrillada al lago

26 de julio
el lago las parrillas
el sitio bonito más de 50 amigos
la bandera jugando al voley ***
A todos los participantes del picnic les gustó mucho el lugar al lago Fasanieriesee, así que preguntaron: "¿Por qué no hacemos también nuestra parrillada aquí?" - Bueno, ¿por qué no? Nuestro lugar tradicional lo habían destruido el año pasado en una labor de "renaturalisación" (mirad: parrillada 2002), y por eso era necesario buscar nuevo sitio.
Las orillas del Fasaneriesee son ideales: Árboles que te dan sombra, prados anchos para tomar el sol o jugar al voley, y el agua para bañarse. Llevamos cuatro parrillas y asamos, comimos, charlamos, chismoseamos, reímos, jugamos, descansamos, soñamos, nadamos, cantamos, tocamos la guitarra y lo pasamos bién hasta las 11 de la noche. En total habían venido más de 50 de nuestro amigos. ¡Qué fiesta!


Caminata por las montañas: Mittenwald

2 de agosto
Mittenwald es muy famoso por su 'Lüftlmalerei', un tipo de fresco en las paredes exteriores de las casas. Los frescos representan santos, pero también cazadores, caballeros, cocineras, campesinos, camareras y otra gente en situaciones típicas de un pueblo, y además animales como perros o caballos. De vez en cuando las pinturas están acompañadas por poemas o refranes, agunos muy chistosos. Así todo el pueblo parece una galería de pintura.
Mittenwald, el pueblo pintado Fuimos muy temprano en tren a Mittenwald, y después de admirar algunas calles con sus casas pintadas, subimos al monte Hoher Kranzberg. Sudamos mucho, por las cuestas empinadas y por el sol que calentaba fortísimo. Había poca sombra aunque subimos a través de bosques, pero en estas alturas en los bosques crecen 'Latschen', un tipo de pino muy bajito y no muy frondoso. ¡Pero valió totalmente la pena! Tantas veces nos paramos y nos volvimos para admirar las montañas del Karwendel al otro lado del valle, una pared rocosa, escarpada y alta, ¡impresionante! A ambos lados del camino florecían las plantas típicas de los Alpes, por ejemplo la 'Bergflockenblume' (centaurea) y mariposas revoloteaban en todas partes, entre ellas la 'Mohrenfalter' ('mariposa del moro') o la 'Widderchen' ('cabritilla'). En una fonda almorzamos. Después subimos los últimos pasos hasta la cima. ¡Qué vista maravillosa! En el norte el valle ancho con un estanque y un arroyo secado. En el oeste las cumbres bosqueados, en el sur las montañas rocosas. Y - lo más impresionante - al este abajo en el valle los tejados de Mittenwald y al otro lado esta roca gigante, el Karwendel. Pasamos media hora allí arriba, luego bajamos en dirección al oeste por bosques sombreados, cruzando arroyos de agua clara y fría.
la subida sobre el Hoher Kranzberg
Llegamos al Ferchensee, un lago muy bonito, en el medio de colinas bosquejadas y prados verdes, y al sur se alzan las Ferchenseewände ('paredes del lago de Ferchen'), rocas escarpadas y altas. ¡Qué impresión! Encontramos un sitio agradable en las orillas y en seguida nos bañamos. ¡Huiii, qué frío! - ¡Ah, qué refresco! - Las aguas del lago estaban un poquito frías, pero tan claras. Nadaban peces cerca de la orilla, en el espejo del lago se reflejaban las montañas y los bosques y todo estaba tan tranquilo. Nos quedamos un buen rato en el agua, después nos dejamos secar en el suave sol y nos reposamos tumbados en el prado. Uno de los amigos dijo: "Si tuviéramos un verano así cada año, ¡no necesitaríamos viajar al sur en las vacaciones!" - ¡Tienes razón, amigote! el lago Ferchensee, ¡bañémonos! vista por el cañón hasta Mittenwald
Después de haber disfrutado la vida aquí en las orillas más de una hora, empezamos el regreso. El camino comodo guió a través de bosques claros y bosques densos y llegó a otro lago, el Lautersee. No pude resistir y me bañé otra vez. Bueno, haciendo el recuento: Habíamos visitado un pueblo pintado, habíamos subido a un monte, habíamos bañado en dos lagos. Pero quien crea ahora, que lo era todo, ¡se equivoca! Es que bajamos a Mittenwald ¡por un cañón! Al inicio el cañón parecía más un valle suave, lleno de flores, el camino acompañado por un arroyo alegre. Llegó a ser cada vez más profundo, más oscuro, y de repente el valle se convirtió en un cañón rocoso, el camino se convirtió en escaleras que daban al precipicio, el arroyo saltó a la hondura, y muy abajo, muy lejano, se veía el pueblo Mittenwald, illuminado por el sol. ¡Qué impresión!
Concluimos este día bonito con helado y bebidas frescas en un local en el casco viejo de Mittenwald.


Excursión en bicicleta: Alrededor del Staffelsee

10 de agosto
¡Qué hermosura! Ninguna ola rompía el espejo del lago, la isla cercana mostraba su perfil y sobre las orillas al otro lado del lago colgaba el velo de la bruma. Los bosques ofrecían sombre hasta que las turberas se abrían y el camino doblaba hacía los prados anchos, a través de abedules con troncos delgados y blancos. Una colina elevaba la carretera y el paisaje se extendía como tumbado antes de nuestros ojos: pastos de vacas, prados y cañaverales, la plata del lago, los bosques negros lejanos y las montañas azules más lejanas. ¡Qué hermosura!
los ciclistas y la turbera el Staffelsee, ¡bañémonos!
Habíamos ido en tren a Murnau, bajado a las orillas que habíamos seguido hacía el sur y después al oeste a través de bosques, para doblar dentro de poco al norte, atravesando las turberas.
Bajamos velozmente otra vez a las orillas y, pasando prados llenos de flores, llegamos a un sitio bonito para bañarnos. A través de los juncos entramos a las aguas tibias del lago Staffelsee y nadamos en dirección al sur, donde se extendía el sueño de las montañas. Nos quedamos casí una hora en el agua. Seguimos siguiendo las orillas, hasta que llegamos al pueblo Uffing. Allí almorzamos. ¡Qué camarera tan amable! Nos entregó comida antes de que habíamos pedido -se había equivocado con las mesas- y cuando le indicamos al error, se puso brava, nos quitó los platos y se fue refunfuñando a la cocina. El cliente es el rey. Y la monarquía no existe más en Alemania...
Reforzados, subimos una cuesta alta y salimos de Uffing en dirección a nuestra próximo destino: el lago Riegsee. Tuvimos que superar dos altos enormes, que exigieron muchas fuerzas, y finalmente tuvimos que cargar nuestras bicicletas para pasar una valla de alambres espinosos -¡peligroso para los neumáticos!- para llegar a las orillas del Riegsee. Pero valió la pena, encontramos un sitio tranquilo, nos bañamos en las aguas claras y limpias, y tomamos el sol, que entretanto se había escondido detrás de nubes gigantes durante media hora.
Pasamos unas dos horas allí, en medio de un paisaje maravilloso: Colinas suaves y pueblos pintorescos en el norte y en el oeste, y en el sur las montañas grises detrás del lago que brillaba como un diamante. Antes de partir nos bañamos otra vez, y así refrescados subimos las colinas altas para regresar a Murnau. Cuando llegamos, el Staffelsee abajo parecía un papel de oro que nos delumbraba, al reflejar el sol.
Nos recomendaron un cervecera, la de la cervecería 'Grießbräu'. Probamos la cerceza y también la 'Apfelschorle', que producen allí, y comimos muy rico. ¡Lo recomendamos!


Caminata por las montañas: Seekaralm

17 de agosto
Para decirlo antes: Esta excursión no es recomendable para personas poco entrenadas o los que tengan vertigo. La bajada por el 'Grasleitensteig' es suficientemente difícil por las raizes y las piedras en el sendero angosto, que además se acerca algunas veces a un precipicio. Pero, lo que podemos recomendar es la comida en la fonda 'Lengrieser Hütte', ¡se come riquísimo!
los montañistas un plato rico, una 'Maß', y las montañas
Fuimos en tren a Lenggries y caminamos por un valle verde hacía el sur. Después de unos kilómetros doblamos a la izquierda, siguiendo un arroyo, que bajaba por unas cascadas, chapoteando alegramente. El camino ancho subía inicialmente moderato, después cada vez más empinado. Doblamos a la derecha, donde bajaba el arroyo por unas cataratas dignas de ver.
Empezó el trayecto más empinado de nuestra caminata, muy fatigoso y esforzado, pero el camino estaba bien arreglado y seguro. Después de innumerables serpentinas que parecía que nunca se terminarían llegamos a un pasto de vacas, que nos miraron curiosamente, pero nos dejaron pasar. Las vacas pertenecen a la Seekaralm; 'Seekar' es el nombre del monte, 'Alm' significa una granja o un deparamiento de una granja arriba en las montañas. Todavía hay muchas 'Almen' en Baviera, aunque la mayoría ahora vive más del turismo que de la agricultura. Pasamos por las casas de la Alm y llegamos a la Lengrieser Hütte ('cabaña de Lenggries'), una fonda, donde se puede comer rico, y ¡lo hicimos! Sentados afuera en unos bancos al borde de un bosquecillo, comimos, tomamos algo y disfrutamos la vista maravillosa sobre las cadenas de montañas grises al sur.
Bajamos por el 'Grasleitensteig'. En un libro de senderismo esta senda se describe como 'fácil', y también los amigos que suelen hacer el montañismo la encontraron fácil. Pero otros amigos tuvieron problemas, porque la senda está mal trazada tiene piedras y raíces en el suelo y hay trayectos cortos muy empinados, además se acerca algunas veces a los precipicios. Bueno, no es un abismo muy profundo y hay árboles, pero no obstante caerse allí no se recomienda, mejor dicho, es peligroso. Una amiga llamó esta senda 'camino de cabras', ¡una descripción perfecta! Ayudándonos superamos esta bajada. Estuvimos felices cuando salimos del bosque y tuvimos una vista maravillosa sobre el valle de Lenggries. Descansamos un rato, y bajamos los últimos metros por un pasto de vacas. Buenos caminos nos llevan los últimos dos kilómetros hasta la estación del tren.


Excursión en bicicleta: Monasterio Reutberg

24 de agosto
Salimos de Holzkirchen, un pueblo al sur de Munich. El paisaje allí es muy accidentado y el camino esforzado para ciclistas, pero cada colina, cada cuesta superada te recompensa con una vista maravillosa de las montañas. El monte más impresionante era el Wendelstein, que parecía alzarse solitario sobre los campos. Encontramos un lago pequeño romántico, para llegar a las orillas tuvimos que empujar nuestras bicis a través de un bosque denso, y finalmente tuvimos que hacer equilibrios encima de un tronco para cruzar un arroyo. empujando las bicis en el bosque el lago Kirchsee Pero el laguito es tan bonito, con las flores, las libélulas y mariposas. Seguimos andando en bici por los bosques, pasamos un molino antiguo que todavía funciona, y por fin apareció la silueta del monasterio Reutberg encima de una colina alta. Quien conoce Baviera, o quien lee fielmente mis reportajes, ya sabe que en las cerveceras de los monasterios se come rico y se toma una cerveza buenísima. Si, ¡es verdad!
Después de alimentarnos, disfrutamos la vista sobre la cordillera, y continuamos nuestra excursión con una vuelta 'generosa' alrededor de los pantanos que circundan la colina del monasterio. Llegamos al lago Kirchsee, y nos bañamos en las aguas suaves, sí, suaves. El agua del lago contiene poco cal, y se siente suave. Pasamos una hora tranquila nadando y tomando el sol.
Regresamos a Holzkirchen por las colinas que hay aquí en abundancia. Llegamos con las piernas agotadas, pero con alma y mente relajadas.

Fotos siguen en unos días.


Paseo al Castillo de Dachau

31 de agosto
Se acabó este verano inolvidable. Con lluvia y frío llegó el otoño. Por eso cambiamos nuestros planes de ir a las montañas, y dimos un paseo al Castillo de Dachau.

Todo el mundo conoce Dachau por el 'campo de concentración' que fundaron los nacionalsocialistas en 1933 y por las crueldades que se cometieron allí. Pero pocos saben, que esta ciudad tiene una historia de más de 1200 años. visitando el jardín del Castillo En el año 805 d.C. se menciona por primera en un documento, y ya poco después Dachau fue la capital de un condado. En 1550 los Wittelsbacher (de esta dinastía derivan casi todos los duques, vizcondes y reyes de Baviera, y también algunos reyes y emperadores de Alemania, además de un rey de Grecia) construyeron un castillo grande. Durante la guerra de los 30 años los suecos lo destruyeron completamente, pero se reconstruyó más grande y más bonito. En el siglo 17 el vizconde Max Emanuel cambió el jardín de estilo renacentista al barroco, pero poco después no le gustó más este castillo y construyó un nuevo en Schleißheim. El Castillo de Dachau fue deteriorándose hasta quedar en ruinas y en 1806 el vizconde Max I mandó derribar tres de las cuatro alas. Hoy en día el Castillo de Dachau consta solamente de la cuarta, que quedó y se renovó muy bonita.
Subimos desde las orillas del río Amper a la colina empinada en cuya cima se encuentra el Castillo. Desde arriba se tiene una vista maravillosa sobre el paisaje campestre hasta los campanarios y los rascacielos de Munich, y -cuando hace buen tiempo- también hasta los Alpes. Desgraciadamente no vimos las montañas, pero no nos quejamos, porque habían terminado las lluvias y hacía incluso un poquito de sol, cuando entramos en el jardín del castillo. El jardín es precioso. Perales y manzanos, matas llenos de flores, una pérgola de árboles y -como parte del jardín- la vista lejana al ancho paisaje. Nos sentamos en la terraza del castillo, donde hay un café y pedimos algo. No pudimos disfrutar mucho del sol. Antes de que nos entregaran lo que pedimos, se acercó una nube y empezó a lloviznar. Entramos en el café y pasamos una hora en un ambiente muy bonito. Cuando se terminó la lluvia, salimos y dimos un paseo por el casco antiguo de Dachau, ¡precioso! El sol iluminaba las fachadas coloridas de las casas viejas. Después bajamos a las orillas del Amper y seguimos paseando. Cuando se puso el sol regresamos a Munich.

Fotos siguen en unos días.


Caminata de Oberammergau a Unterammergau

6 de septiembre
El 'Altherrenweg' ('camino de los señores viejos') entre Villarriba y Villabajo ...eh... ¡una broma! ... Oberammergau y Unterammergau es una caminata 'por las montañas', pero muy fácil, sólo un cambio de nivel de 200 metros, y el camino está en buenas condiciones. No obstante recomendamos buenos zapatos.
Fuimos en tren a Oberammergau y -¡naturalmente!- dimos un paseo extenso por este pueblo pintoresco. 'Pintor' se puede entender literalmente, porque hay casas pintadas al estilo de 'Lüftlmalerei', que ya hemos visto este año en Mittenwald. Hay casas muy diferentes, algunas pintadas desde el suelo hasta el borde del tejado, otros sólo tienen unas imágenes pequeñas, pero todas se ven muy interesantes y divertidas. Salimos del pueblo siguiendo el arroyo 'Laine', o mejor lo llamamos un río pequeño, porque en los siglos pasados ha inundado varias veces el pueblo. El camino subía a través de bosques, cruzaba por puentes más de una vez unos arroyos claros, y pasaba por prados, que permitían vistas extensas sobre el valle. ¡Qué panorama! Abajo el pueblo con sus casas chiquitas, en la otra ladera se alzan montañas rocosas y escarpadas como el Kofel o el Notkarspitz.
Llegamos a la fonda 'Romanshöhe': Una casa, una cabaña pintoresca con flores y una terraza con buena vista. Allí almorzamos y charlamos, y tuvimos que charlar mucho, porque participaron dos amigos - una mejicana y un argentino -, a los que no nos hemos visto desde hace mucho tiempo, y que estaban de nuevo de visita en Alemania. Así lo pasamos bien, aunque un enjambre de avispas nos molestaba. Nos pusimos de nuevo en camino y pasamos prados y pastos de cabras -¡qué lindos animales!-, siempre con vistas bonitas por abajo al valle y a las montañas, hasta el camino bajaba suavemente a Unterammergau. Regresamos a Oberammergau por un camino cómodo a lo largo del río Ammer.
la 'Lüftlmalerei' una vista al valle


Vamos a la Oktoberfest: Winzerer Fahndl

28 de septiembre
Era domingo, hacía sol y había temperaturas agradables. Nos encontramos a la entrada de la Oktoberfest, pero no fuimos los únicos. Cada día soleado suelen visitar hasta 500.000 personas esta feria de cerveza más grande del mundo, empujandose y apretujándose por las calles entre tenderetes y tiendas, toboganes y norias, espectaculos y casas de miedo. Y pasó lo que tenía que pasar: Un momento de descuido, y nos perdimos de vista. ¡Qué pena!
Así continuamos en un grupo más reducido a través de esta muchedumbre, y por fin encontramos un sitio en la tienda gigante 'Winzerer Fahndl' ('Bandera de viticultor'), para tomar cada uno una jarra de - ¿vino? - ¡no, cerveza!
Fotos del año pasado


Vamos otra vez a la Oktoberfest: Fischer-Vroni

5 de octubre
Como unos amigos que querían ir no habían podido participar el domingo anterior, nos citamos otra vez a la Oktoberfest. Pero esta vez no tuvimos suerte con el tiempo: Llovió todo el día, ¡y como! Por eso entramos en la tienda gigante más cercana, la 'Fischer-Vroni' ('Verónica la Pescadora'), y encontramos sitio sin problemas: Por el mal tiempo había venido poca gente. Pero a nostotros los contertulios, lluvía no nos hace nada, ¡hemos sobrevivido también a 'Guatepeor'!


Caminata al Taubenberg

12 de octubre
Se acabó este verano inolvidable, volvió el frío y volvieron también los pronósticos del tiempo inolvidables. "Soleado", el pronóstico. La realidad: Cuando salimos de Munich, llovía. la torre del Taubenberg Todo el día estaba gris de niebla y nubes, de vez en cuando lloviznaba. ¡Meteorólogos, Mentirólogos!
Fuimos en tren hasta Warngau, una aldea de algunas casas y una iglesia pequeña. Pasamos pastos de caballos y pastos de vacas, y entramos en el bosque, para subir al Taubenberg. Aunque se llama 'monte de sordos' ... ¡uh, una broma! ... 'monte de palomas', es un monte tan bajo, que parece más una colina extensa. Ya después de tres cuartos de hora llegamos a la cima, donde se encuentra una torre muy fotogénica, y unos minutos más llegamos al restaurante, donde almorzamos. Desde allí tuvimos una vista maravillosa sobre ... la niebla. Normalmente se ven las montañas cercanas. Pero bueno, no perdimos el humor, y un paseo al aire puro no es mal, ¿no?
Volvimos por otro camino a Warngau, donde tratamos de tomar un cafecito. ¿Tratar? Bueno, era un local chistoso: Con cada cosa que pedíamos, la camerera dijo: "Esto no tenemos", "Estas especialidades no tenemos", "Esto no ha pedido nunca nadie", etc. Pero finalmente logramos a pedir algo adecuado y así concluimos un día gris, pero no obstante divertido.


Caminata por las montañas: Subida al Wank

18 de octubre
Este año hemos hecho muchas caminatas extraordinarias como las a Hohenwaldeck, al Höllentalklamm, a Mittenwald o a Oberammergau, que casi no creíamos que pudiera haber otro punto culminate. Pero la subida al Wank ha sido un punto culminante en doble sentido: El Wank es también el monte más alto que hemos subido, no sólo este año, sino en todos los 10 años que existe la 'Tertulia'. Además fue la subida la más esforzada: tres horas subir, subir y subir. ¡Pero valió la pena cada gota de sudor!
Fuimos en tren a Garmisch-Partenkirchen. Atravesamos la aldea con sus bonitas casas pintadas y con balcones, y subimos por bosques claros de pinos. Con cada metro que subíamos teníamos una vista más amplia y más bonita: Bajo en el valle la bruma sobre los tejados del pueblo y los bosques oscuros, y arriba enfrente las paredes rocosas de la cordillera 'Wettersteingebirge', entre cuyas cumbres hay que nombrar el 'Alpspitze' y el 'Zugspitze', el monte más alto de Alemania. Además pudimos ver el 'Daniel', un monte que está situado ya al otro lado de la frontera en Austria, cubierto de nieve, reluciendo el sol. Pasamos por unas cascadas, el único tramo poco empinado de todo el camino.
en el medio del camino en la cima
A partir de la Gamshütte ('cabaña de rebeco') subimos por serpentinas cada vez más empinadas. La última media hora fue muy dura, con piernas cansadas y mucha hambre llegamos a la cima. ¡Qué panorama se extendía ante nuestros ojos!: Al sur la cordillera del Wettersteingebirge, al sureste la cordillera del Karwendel, al suroeste lejano el Daniel, al oeste bastante cerca el Kramer. Todos estes montes ya cubierto de nieve, como había nevado dos semanas antes. También encima del Wank había nieve, pero solamente en la parte norte, porque el sol ya había derretido la nieve en la parte sur. Aquí en la cima soplaba un viento frío, por tanto nos pusimos de nuevo nuestros chaquetas, que habíamos quitado durante la subida por el calor del sol. En el restaurante de la cima nos sentamos en la terraza y comimos los platos sencillos que ofrecen allí: Puchero de lentejas o salchicha con pan. Pero el hambre es el mejor cocinero, ¿no?
Después dimos un paseo por la cima y encontramos un rincón que nos protegía del viento frío, donde disfrutamos el sol. ¡Qué gozada en un día de otoño!
En el valle ya se estaba formando la niebla, cuando empezamos el regreso. Bajamos en teleférico, para cuidar nuestras rodillas.


Paseo por el mercado Auer Dult

26 de octubre
Ya en 1310 fue nombrado en un documento el 'Jakobidult' ('mercado de Santiago'), que tenía lugar en el 'Anger', una parcela publica, donde los pobres que no tenían terreno propio podían apacentar sus cabras, ovejas o vacas. el mercado En el año 1796 el visconde Karl Theodor concedío el derecho al barrio 'Au', que se había desarrollado fuera de las murallas de Munich, de hacer dos veces por año un mercado. Desde entonces se llamó 'Auer Dult'. Hoy en día se organiza tres veces al año el Auer Dult: el Maidult (mercado de mayo), el Jakobidult (mercado de Santiago, a principios de agosto) y el Herbstdult (mercado de otoño, en octubre).
Pasamos por tenderetes de ropa, cerámica, juguetes, velas, dulces, hierbas, joyas, y muchas cosas más. Había una muchedumbre allí, y pasó lo mismo como a la Oktoberfest: nos perdimos de vista. Pero con ayuda de nuestros móviles nos encontramos todos de nuevo. Parece que lo más importante para dar un paseo juntos está tener un móvil, ¡tiempos modernos! Seguimos visitando el mercado, a través de tenderetes de antigüedades. ¡Qué ropa hay ahí! Cuadros, muebles rotos, condecoraciones, floreros, plumas del pavo real, radios, revistas, libros, botellas de vino viejo, botellas vacías viejas, maletas, bolsas, bastones, esculturas, cursilería y bisutería.
Poco a poco nos ibamos congelando por el viento frío, y nos fuimos al restaurante 'Wirtshaus in der Au', donde nos calentamos tomando uno o dos cafecitos.


Caminata por las orillas del Ammersee

2 de noviembre
en el embarcadero Por la mañana había llovido, pero a mediodía salió el sol, un día para dar una caminata corta. Fuimos en tren a Herrsching y caminamos lentamente hacía el sur, siguiendo las orillas. Tuvimos que cruzar dos arroyos, haciendo equilibrios por encima de piedras y trozos de madera, pero después el camino era muy comodo y fácil. En un embarcadero nos tumbamos y disfrutamos el sol. Con el tiempo llegó el hambre, y como no encontramos este café que tenía yo en la memoria, regresamos a Herrsching y cenamos en el 'Seehof'.
Se come bién allí, recomendamos pescado fresco y especialidades bávaras.


Caminata por las montañas: Subida al Baumgartenschneid

9 de noviembre
"Cuando calienta el sol aquí en las montañas..."

Caminamos desde Tegernsee a través del valle Alpbachtal, siguiendo el arroyo que bajaba por cascadas innumerables. Hacía frío en el valle, y solamente pocas veces el sol lograba de tocar el suelo. Después de caminar una hora, empezó la subida empinada, había también tramos estrechos al borde de precipios escarpados. en la cima Después de otra hora llegamos a la cima, donde nos esperaba una vista maravillosa: a un lado las montañas bajas bosqueadas y el lago Tegernsee, al otro lado las montañas altas y las cordilleras lejanas nevadas.
Pasamos casi una hora en la cima, merendando, tomando el sol y disfrutando el panorama. Muy abajo, chiquitos como juguetes, se podían ver la cabaña del Gindelalm y la capilla en el Riederstein, a donde subimos en el año 2001.
Bajamos hacía el oeste, y pasando por debajo del Riederstein llegamos a la fonda Galaun. Había mucha gente, poco sitio y las pocas camereras estaban desbordadas de trabajo, ¿por qué no hay autoservicio? Por eso seguimos después de una pausa corta bajando por el camino sobre el Leeberg, este camino ofrece unas vistas bonitas sobre el lago Tegernsee. Como los arboles ya habían perdido sus hojas, pudimos disfrutar los rayos del sol.
Llegamos al pueblo Tegernsee justo en el momento cuando se ponía el sol. Bajamos a las orillas del lago y -¡claro!- entramos en el restaurante famoso 'Schloßbrauerei', donde cenamos, ¡qué hambre que teníamos! Y hablamos de nuestra caminata: "No, nunca antes hemos ido a las montañas en noviembre" - "¿Cuándo hemos tenido jamás un día tan soleado y caliente en noviembre?" - "..."


Paseo por Erding

30 de noviembre
la Torre Bella En el final de noviembre el sol ya se pone a las 16:20, los días dejan poco (???zu wenig) tiempo para hacer una caminata extensa o incluso subir a un monte. Por eso solamente dímos un paseo por la ciudad de Erding, que se encuentra a unos 30 kilómetros al norte de Munich.
Atravesamos el pequeño casco viejo con sus casas bonitas y la 'Torre Bella', caminamos a lo largo del río Sempt, visitamos una iglesia del estilo de barroco y llegamos al jardín zoologico de Erding. Es muy pequeño, sólo hay un asno a lo que le gustaba ser cariciado por las chicas, unas cabras, unos gansos, muchos patos y un pavo real muy guapo, además una jaula con faisanes dorados y otros pajaros. Pero no hay que pagar entrada, ¡vale!
Cuando se oscureció, regresamos por el jardín público a la ciudad. Fuimos por calles con decoraciones navideñas y llegamos al mercado navideño, que estaba iluminado muy romantico. Después de haberlo visitado, cenamos en el restaurante 'Erdinger Weißbräu', ¡qué comida tan rica!


Fiesta de Navidad

12 de diciembre
Fiesta de Navidad Como todo los años, ¡desde hace 10 años!, celebramos la Navidad con una fiesta. Y como el año pasado, la Fiesta de Navidad tuve lugar en el local "Pallas Athene", por su sala grande y la posibilidad de poner música sin que los vecinos se quejan. Desgraciadamente este año la organisación de los camareros estaba mal, tuvimos que esperar mucho por la comida.
No obstante lo pasamos bien, han venido unos 70 amigos, la comida era rica, y después de la cena bailamos Salsa y Merengue, Dieter tocó flamenco en su guitarra, y al final cantamos unos famosos boleros.


©2003 Fotos por Bárbara (*), Ramper (**), Ute (***) y Klaus